TARTA BOLSO CEBRA

Esta tarta resultó uno de los grandes desafíos que hemos tenido, bueno que he tenido, y es que me tocaba hacerle la tarta a Sara, yo solo, para que fuera una sorpresa y con una técnica que nunca antes habíamos realizado, que no es otra que la de esculpir un bizcocho y darle la forma de algo en concreto. Y además era la tarta más importante que hacía, por ser para Ella.

Después de mucho pensar que es lo que le podría gustar o la indentificaba, llegué a la conclusión de que le encanta la moda, y se me ocurrió combinar ese pequeña pasión con su animal preferido. Y de todo lo que podría definir la moda textil, siempre me gustaron mucho las tartas que hacía la gente de bolsos, y pensé que a ella le encantaría un bolso con estampado de cebra.

Otro reto que se me planteaba, era el no irme de la lengua, cosa muy difícil en  mí, ya que cuando se trata de darla sorpresas, me dejo llevar por la emoción e inconscientemente más de una vez he dicho algo que le da la clave. Pero esta vez me porté muy bien.

Y como de aquella se estaba sacando el carné de conducir, pues me dije, no puede faltar la L.

Además de todo eso, quise darle un toque de humor al asunto, toque de humor que solo entendí yo, ya que mi propósito era hacer una cebra cabreada por que la habían quitado su piel para ponérsela al bolso. Pues bien, hubo gente que no sabía que pintaba ahí una vaca, que que le pasaba al caballo ese..., el caso es que me hundieron un poco en la miseria.

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