En esta ocasión, los cupcakes tenían un motivo muy especial, y es que a Alba, la operaron de su ombliguillo, y como estaba muy ñoña, sus tios la hicieron unas cupcakes con buttercream y unas figurillas de fondant.
A decir verdad era la primera vez que hacíamos figurillas en fondant, y hemos de decir que salieron bastante bien, o eso nos pareció a nosotros.
Los mismo debió de pensar Dani, el hermano de Alba, que no dudó ni un
segundo en comerse la cabeza de todos los animales que nos había costado tanto hacer. Nunca pensamos que nadie podría comerse tal cantidad
de azúcar sin pestañear y menos aún que tuviera ganas de más, pero si
hay alguien que puede, sin duda es él, ya que cuando nació, no trajo un
pan debajo del brazo por que se lo comió antes.
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