Esta entrada trata de obsesiones... y os preguntareis ¿por qué? y es que después de que el año pasado nos tocara modelar a Mate, porque un enano de dos años era prácticamente lo único que sabía decir o más bien lo único que se le entendía, un año después... jajaja, la cosa ha mejorado eso sí y hemos ampliado vocabulario, y nos ha tocado ¡¡¡McQueen!!!! así que sí, la obsesión sigue siendo 'Cars' y si el año pasado no hubo forma humana de quitarle la idea de la cabeza, éste ha sido aproximadamente lo mismo, hemos cambiado de coche, pero la obstinación ha sido muy parecida.
Como modelar la gruita nos dio muchiiisima lata, esta vez y tras unas pocas tartas de experiencia, decidimos que lo mejor sería que la propia tarta fuese McQueen, y encima en esto ya contamos con un pelin de destreza, un punto a nuestro favor, así no damos muchos palos de ciego.
Al ser para casa, como el bizcocho de plátano nos había gustado tanto, decidimos hacerlo otraaaa vez, otra obsesión, esta vez nuestra!!, lo rellenamos de crema de avellanas, que esta de infarto y lo cubrimos con ganaché de chocolate blanco. El fondant, ya sabéis, como siempre credipaste y más si es rojo y hay que cubrir formas raras.
En esta ocasión decidimos que algunos de los detalles los haríamos en papel comestible, la verdad es que lo hemos usado en otros muchos momentos y queda muy bien, colores muy intensos y si lo tratas de manera adecuada dura mucho y está muy rico también, así que es una buena combinación, a este paso, nuestra próxima compra (cuando podamos y tengamos espacio) tendrá que ser una impresora... jajaja.
Para terminar, rematamos decorando la base a modo de carretera y desierto, con unos cactus y unas pequeñas piedras y quedó chuliisima. A Dani le emociono, se comió las ruedas de su McQueen, le flipaaaaa el fondant y posó encantado con su tarta, le podéis ver en nuestra página de Facebook.